La semana
pasada mi hijo inicio su nuevo ciclo escolar. Estaba muy emocionado, contento y a la vez un
poco nervioso pues no sabía cómo es su nueva maestra. En su primer día fue gratificante saber que
algunos de sus excompañeros de clases en los años anteriores estarán cursados
en el mismo salón. Mi hijo quedo fascinado
con su nueva maestra pero en esta experiencia me hizo reflexionar en algo, ¿Cuál
hubiera sido la reacción de mi hijo si hubiera conocido a su nueva maestra
antes del primer día de clases? ¿Hubiera iniciado su primer día sin ningún
nerviosismo? ¿Cómo nosotros reaccionaríamos ante el cambio
de trabajo, casa, nuevos proyectos o aun de iglesia? Seguramente con mucho nerviosismo
y miedos.
Esto me llevo
a reflexionar como la gente reacciona ante la idea de iniciar un nuevo ciclo en
su existencia al enfrentar la eternidad.
Hay quienes les aterran a la idea de la muerte, y creo que más bien es a
la idea de enfrentar la nueva etapa a un mundo que desconocen. El apóstol Pablo acertadamente expreso en la
carta de Filipenses 1:24 “Porque para mí el vivir es Cristo, y el morir es
ganancia.” La oportunidad que todo ser
humano se le ha dado es enmendar su camino a través del plan redentor de Dios y
que nadie se pierda (Juan 3:16). Aunque
la descripción dada en las escrituras del Cielo Nuevo y Tierra Nueva es clara,
la imaginación humana está limitada a comprender la magnitud de la bendición. La muerte de los santos no es solo una bendición
personal, sino el anhelo de nuestro Padre pues con ella, graduamos a la etapa eterna
de nuestra existencia (Salmo 116:15)
También se nos
ha otorgado el privilegio de conocer a nuestro Maestro antes de iniciar el
nuevo ciclo eterno en los cielos. Para
poder conocer a fondo al Maestro, es necesario vivir en comunión con El: leer
sus estatutos, hablar en oración y adorarle en todo tiempo. Si se vive con el temor de enfrentar la
muerte, le invito a que evalué como esta su relación con Dios. Los temores de la gente son el resultado de
la falta de conocimiento de Dios y su Palabra (Oseas 4:6). Quien vive en una íntima relación con el
creador, la muerte solo es un paso de graduación de lo corruptible a lo
incorruptible. (1 Corintios 15:53-55)
Tome un
tiempo para corregir su destino y aceptar el regalo del perdón de Dios. Bendiciones
(Jonathan Sanchez)
Aunque a nadie le gusta morir,es mas preocupante para no querer morir la familia que todavia no se han entregado a Dios,dejarlos sin saber si se salvaran;especialmente hijos, esposos, nietos;la verdad da temor de morir,porque se quieren tanto y queremos que se salven.
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